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Las obras de arte plástico de Sayaka Ganz parecen estar en movimiento. Como si estuvieran vivos de alguna forma, a pesar de estar hechos de este material artificial y estático.También son ligeras y luminosas. Como en los dibujos de los tebeos, las esculturas tienen esas líneas que te dan la sensación de estar moviéndose rápidamente. Es realmente impresionante y hermoso.
Utiliza objetos de plástico que probablemente fueron desechados demasiado pronto, y muchos de ellos son artículos de plástico de un solo uso. Los recoge, los clasifica y los mira cuidadosamente hasta que encajan en sus esculturas. Captura el alma de todos esos objetos abandonados y les da una segunda oportunidad, una ocasión para destacar.
La artista explica esta idea en su página:
“Creo que es muy difícil pensar en como será nuestra huella ecológica en el futuro. Muchas veces nuestras predicciones no son correctas, y no podemos garantizar el futuro de nadie. No quiero condenar el uso del plástico y el hecho de que deseemos llevar una vida más cómoda y fácil. Pero, debemos ser conscientes de que la comodidad conlleva un riesgo.
Pienso que la mejor manera que tienen los artistas para ayudar a reducir los residuos es mostrar la belleza de esos materiales y lo que se puede hacer con estos artículos y materiales tan mundanos. Cuando los consideremos como objetos bonitos, entonces los valoraremos.” S. Ganz.
Este es el espíritu de un concepto que apreciamos mucho en Kasamakura: Mottainai .Los japoneses usan esta palabra para decir “qué desperdicio” o “no desperdicies”, refiriéndose a alimentos o cosas que tiras que todavía son útiles. El término está ligado al concepto budista de arrepentirse por el mal uso de artículos u otros recursos, y también a la idea de mostrar respeto por los objetos materiales. Es un concepto ampliamente utilizado hoy en problemas ambientales relacionados con la gran cantidad de desechos que generamos. Creemos que nos ayudaría a reflexionar sobre el gran problema de residuos que tenemos ahora en el planeta; y tal vez a comenzar el camino para cambiar nuestra actitud hacia el uso de objetos y recursos. Y en realidad esto no es solo algo que venga de oriente, pues probablemente todos tengamos recuerdos en nuestra familia que nos evoquen esta idea de no desperdiciar cosas que aún pueden usarse y por supuesto comerse.
Y ahora, volviendo a mirar esas esculturas, nos preguntamos: ¿por qué esas criaturas van tan rápido? ¿Están escapando de nosotros? ¿Saben algo que ignoramos? En realidad son parte de la basura que tiramos; así que quizás tiene sentido que huyan de nosotros.
Más información de Mottainai aquí y en este video. Puedes complementarlo echando un vistazo a nuestro proyecto “Plásticos de Usar y Tirar”.